¿Qué gastos debe pagar el inquilino?

Alquilar una vivienda implica no solo el pago mensual del alquiler, sino también una serie de gastos adicionales que, en ocasiones, pueden generar confusión. Conocer qué gastos son responsabilidad del inquilino y cuáles corresponden al propietario es fundamental para evitar conflictos y mantener una relación transparente y armoniosa durante el periodo de arrendamiento. En este artículo, desglosaremos detalladamente todos los gastos que generalmente recaen sobre el inquilino, basándonos en la legislación vigente y las prácticas comunes en el mercado inmobiliario.

Índice
  1. Gastos Habituales del Inquilino: La Regla General
    1. Servicios y Suministros
    2. Mantenimiento Ordinario
  2. Gastos Compartidos: Comunidad y Otros
    1. Gastos de Comunidad
    2. Otros Gastos: Tasas y Tributos
  3. Lo que NO debe pagar el inquilino: Reparaciones Mayores y Desperfectos Previos
  4. Conclusión

Gastos Habituales del Inquilino: La Regla General

La regla general es que el inquilino debe asumir todos los gastos derivados del uso y disfrute de la vivienda. Esto significa que cualquier gasto relacionado con el consumo directo del inquilino es su responsabilidad. Pero, ¿qué incluye esto exactamente?

Servicios y Suministros

  • Agua: El consumo de agua, que varía según el uso personal, es responsabilidad del inquilino.
  • Electricidad: Al igual que el agua, el gasto de electricidad depende directamente del consumo del inquilino.
  • Gas: Si la vivienda utiliza gas (ya sea natural o butano) para calefacción, agua caliente o cocina, el inquilino es responsable del consumo.
  • Internet y Telefonía: Si el inquilino contrata un servicio de internet o telefonía, el pago de estas facturas corre por su cuenta.
  • Calefacción individual: Si la vivienda tiene calefacción individual, el inquilino paga el combustible utilizado.

Mantenimiento Ordinario

Se considera mantenimiento ordinario a las pequeñas reparaciones necesarias para mantener la vivienda en buen estado de uso. Algunos ejemplos comunes son:

  • Reparación de pequeños electrodomésticos (si son propiedad del inquilino).
  • Sustitución de bombillas y enchufes.
  • Mantenimiento de persianas.
  • Limpieza y desatasco de tuberías menores.

Es importante destacar que, en caso de duda, lo mejor es consultar el contrato de alquiler, ya que puede especificar detalles sobre el mantenimiento ordinario.

Gastos Compartidos: Comunidad y Otros

Algunos gastos pueden generar más debate. Es crucial comprender la legislación al respecto.

Gastos de Comunidad

Por lo general, los gastos de comunidad son responsabilidad del propietario, pero la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) permite pactar que el inquilino asuma este gasto, siempre y cuando se especifique claramente en el contrato de alquiler. Si el contrato indica que el inquilino debe pagar la comunidad, deberá abonar la cuota ordinaria. Las derramas extraordinarias, sin embargo, suelen ser responsabilidad del propietario, salvo pacto en contrario.

Veamos un ejemplo en la siguiente tabla:

Gasto Responsabilidad Habitual Posibilidad de Pacto en Contrato
Alquiler Inquilino No
Agua (consumo individual) Inquilino No
Electricidad (consumo individual) Inquilino No
Gas (consumo individual) Inquilino No
Internet/Telefonía Inquilino No
Gastos de Comunidad (cuota ordinaria) Propietario
Gastos de Comunidad (derramas extraordinarias) Propietario Sí (poco común)
IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) Propietario Sí (poco común)
Reparaciones por desgaste normal Propietario No
Reparaciones por mal uso del Inquilino Inquilino No

Otros Gastos: Tasas y Tributos

En general, el inquilino no es responsable de pagar impuestos como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) o la tasa de basuras, ya que estos gravan la propiedad en sí. Sin embargo, al igual que con los gastos de comunidad, se podría pactar en el contrato que el inquilino asuma el pago de alguna de estas tasas, aunque esta práctica es menos común.

"El arrendador está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido, salvo cuando el deterioro sea imputable al arrendatario a tenor de lo dispuesto en el artículo 21.4." - Art. 21 LAU

Lo que NO debe pagar el inquilino: Reparaciones Mayores y Desperfectos Previos

El propietario es responsable de las reparaciones necesarias para mantener la vivienda habitable, siempre y cuando los daños no sean causados por el inquilino. Esto incluye:

  • Reparaciones estructurales (humedades, goteras, etc.).
  • Sustitución de electrodomésticos averiados (si son propiedad del propietario y no por mal uso del inquilino).
  • Reparaciones de fontanería o electricidad importantes.
  • Cualquier reparación derivada del desgaste normal de la vivienda.

Es fundamental comunicar al propietario cualquier problema de mantenimiento lo antes posible para que pueda tomar las medidas necesarias. Si el propietario no responde a las solicitudes de reparación, el inquilino puede tener derecho a exigir la reparación o incluso a rescindir el contrato.

Guía rápida: ¿Qué hacer si hay una avería?

  1. Identificar la avería: Determinar la naturaleza del problema (fontanería, electricidad, estructura, etc.).
  2. Comunicar al propietario: Informar al propietario de manera formal (preferiblemente por escrito) sobre la avería y solicitar su reparación.
  3. Seguir la respuesta del propietario: Dar un plazo razonable al propietario para que responda y tome medidas.
  4. Actuar legalmente si es necesario: Si el propietario no responde o se niega a realizar la reparación, consultar con un abogado para evaluar las opciones legales (exigir la reparación, rescindir el contrato, etc.).

Conclusión

Entender qué gastos debe pagar el inquilino es crucial para una relación armoniosa entre inquilino y propietario. Aunque la regla general indica que el inquilino es responsable de los gastos derivados del uso y disfrute de la vivienda, existen excepciones y posibilidades de acuerdo. La clave reside en un contrato de alquiler claro y detallado, así como en una comunicación abierta y transparente entre ambas partes. En caso de duda, siempre es recomendable consultar con un profesional del derecho inmobiliario.

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